1658 Views |  Like

Christian Dior, 70 años de un mito

Dior cumple 70 años del primer desfile que celebró en París para presentar su colección Corolle, una efeméride que la Maison ha querido celebrar inaugurando, el pasado abril, una exposición en el museo Christian Dior de Granville, en Normandía, el lugar de nacimiento del maestro de la alta costura.

Aunque sin duda fue en la capital francesa donde el modisto se inspiró y desarrolló todas sus colecciones e inventó la silueta ‘New Look’, no hay que olvidar que es en la residencia familiar ‘Les Rhumbs’ donde se encuentra mucha de la simbología que se borda en sus obras, en especial las flores.

Él mismo reconoció la influencia que la villa de la familia construida sobre un acantilado ayudó en su desarrollo como persona y como artista. «Mi vida, mi estilo, se lo deben prácticamente todo a su situación y a su arquitectura», confesó en su autobiografía.

Bajo el nombre de Christian Dior y Granville: la fuente de la leyenda, la retrospectiva del creador que se podrá visitar hasta el 24 de septiembre, recorre la historia de la ‘maison’ a través de sus diseños más emblemáticos, además de fotos familiares del artista de la aguja, en las que tiene un papel protagonista su madre, Madeleine, cuya elegancia fue permanente fuente de inspiración del modisto.

En Granville, a comienzos del siglo XX, Christian Dior pasó los primeros años de su vida, en el decorado de principios de siglo de la villa Les Rhumbs. De ese caserón de enlucido rosa pálido y grava gris, edificado en la ladera de un acantilado y rodeado de un jardín de estilo inglés, el modisto guardaba «el recuerdo más tierno y maravilloso», como escribió en sus memorias, antes de exclamar: «¿Qué puedo decir? Mi vida y mi estilo deben prácticamente todo a su situación y a su arquitectura», añadía.

Con la historiadora de la moda Florence Müller como comisaria de esta exposición, la muestra se presenta como un diálogo entre la morada familiar de Christian Dior y las modelos de su Maison de moda en un recorrido histórico y estilístico a la vez. Esta muestra, organizada en tres niveles, evoca el espíritu de la época en la que Dior vivía en Granville, apoyándose en documentos de archivo. Así, las diferentes estancias de la planta baja recuerdan ciertos aspectos que tuvieron una influencia decisiva en su personalidad.

Su fibra artística extiende sus raíces hasta el exotismo de influencia japonesa del vestíbulo y la decoración casi rococó del amplio salón; en tanto que el comedor nos revela su apetito normando: un sibarita de buen comer. Su temperamento emprendedor se cimienta en el escritorio de su padre; pero, en la mezcla de aromas y colores del jardín, Dior da rienda suelta a su lado soñador.

La primera planta está dedicada a las habitaciones, cada una de las cuales evoca a un miembro de la familia con una puesta en escena que alterna fotografías, retratos y otros objetos personales con vestidos de alta costura. Las creaciones de Dior responden, entonces, a los objetos que han influido en él, como los elegantes atuendos de su madre, Madeleine, o los disfraces de carnaval.

En la última planta concluye el relato de la génesis del mito Dior; en la cual se puede apreciar cómo el imaginario del modisto, reinterpretado por sus sucesores, continúa siendo, aún hoy, una referencia absoluta.

Texto: El Atelier/ Dior.
Fotos: Dior.
Comparte esto