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Zelda Wynn, el alma de las ‘conejitas’ PlayBoy

Cuarenta años dedicada a su gran pasión lograron convirtir a Zelda Wynn en una leyenda de la moda. La diseñadora afroamericana fue la primera modista de color en abrir su propia tienda en Broadway, Nueva York, en la cual llegó a vestir a famosas actrices y cantantes negras que afianzaron su fama y catapultaron su éxito. En cambio, su creatividad alcanzó el cenit cuando en 1950 fue elegida para diseñar el uniforme más famoso y sexy de todos los tiempos: el de las conejitas PlayBoy.

Zelda Wynn Valdés nació el 8 de junio de 1905 en Pennsylvania. Desde pequeña se sintió atraída por el mundo de la moda, aprendiendo a coser junto a su abuela y realizando sus primeros patrones con papeles de periódico. Aunque sus primeros pasos fueron confeccionar ropa para sus muñecas, finalmente realizó un vestido para su gran ‘maestra’, lo cual impresionó tanto a su abuela que le dio pie para entrar como aprendiz en una boutique de lujo de la época. No obstante, su carrera empezaría junto a su tío, quien la contrató como ayudante de la sastrería White Plains y en la que logró perfeccionar el arte del corte y del patronaje.

Zelda Wynn.

Zelda Wynn.

En 1948, Valdés optó por abrir su propia tienda en Broadway, un negocio que posteriormente trasladaría a la calle West 57th de Manhattan bajo el nombre de Chez Zelda, en la que la ayudó su hermana Mary Barbour, quien trabajó como su asistente y al mismo tiempo se encargó de supervisar al personal del taller. Zelda se convirtió, por tanto, en la primera diseñadora afroamericana en contar con una boutique propia en la Gran Manzana, un éxito que pronto consolidó gracias a su fiel clientela, entre las que se encontraban famosas mujeres negras de la época como Dorothy Dandridge, Marian Anderson, Eartha Kitt o Ella Fitzgerald.

Sus diseños se caracterizaban por acentuar la figura femenina, un trabajo muy característico con cinturas y caderas marcadas y el uso de adornos de pedrería y encajes. Vestidos de cuerpos perfectos que acentuaban la llamada silueta reloj de arena al centrarse en el corte sirena, más ceñidos en la parte superior y repletos de volantes y volumetrías en la inferior.

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Unas originales creaciones que pronto se convirtieron en reclamo para celebridades como Joyce Bryant, Josephine Baker, Marlene Dietrich o Mae West, llegando incluso a ser elegida como la diseñadora oficial de la boda de Marie Ellington y Nat King Cole, celebrada en 1948 en Nueva York, en la cual se dieron cita las personalidades de color más importantes de la sociedad neoyorkina.

A diferencia de otros diseñadores, Valdés no se centró únicamente en confeccionar vestidos para grandes eventos, sino que elaboró la ropa de muchos artistas para su ámbito privado. Además, en 1949 fue nombrada presidenta de la recién creada Asociación Nacional de Diseñadores de Moda y Accesorios (NAFAD), un grupo destinado a promover a los profesionales de color en un momento en que la industria de la moda se resentía por la segregación que vivía la sociedad americana.
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Su gusto y su maestría para siluetear el cuerpo femenino, a través de cortes sencillos y líneas rectas, fue un reclamo para muchas de las estrellas de Hollywood de los años 40 y 50, lo cual contribuyó a ampliar su producción a vestidos de noche, de novia y otras prendas de lujo. En cambio, no sería el cine ni el teatro lo que más la haría destacar en la historia de la moda, pues su mayor éxito llegó de la mano del empresario Hugh Hefner, quien le encargó el diseño del primer traje de las famosas conejitas Playboy.

Esta prenda, a modo de bañador ceñido para las camareras del popular club neoyorkino, y adornado con un pompón en el trasero y una diadema simulando las orejitas de conejo, se convirtió en icono de la seducción femenina, siendo hoy en día un elemento vinculado a la cultura pop de los años 50 y 60.
A Day in the Life of a Playboy Bunny, 1968 (6)

En 1970, cuando Zelda pensaba en retirarse de la moda, fue contratada por el empresario Arthur Mitchell para diseñar el vestuario del Teatro de Danza de Harlem, un trabajo al que se dedicó durante 18 años. Cuando cumplió 83 años, la gran diseñadora cerró su negocio, aunque su legado sigue siendo hoy en día fuente de inspiración de muchos diseñadores. “He tenido la suerte de que Dios me diera un talento para vestir a gente hermosa”, aseguró la modista en una entrevista en 1994 al periódico The New York Times.

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Zelda Wynn Valdés murió en 2001 a los 96 años de edad.

Texto: El Atelier.
Fuentes: Wikipedia, Huffington Post y Us Slave.

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