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Abraham Zambrana, zapatos con esencia

Siluetas a lápiz sobre el cartón van dibujando arte para vestir los pies. Hormas de fantasía que, en diferentes anchuras, van dando forma a zapatos de piel, cuero o charol que buscan calzar de glamour artesano al caballero más elegante. Una guarnicionería tradicional que se inspira en los años 40 y 50 para hilvanar entre pespuntes, tachones y fornituras pinceladas de modernidad a unos complementos masculinos que han comenzando a dar sus primeros pasos bajo el nombre de Abraham Zambrana Shoes.

Natural de la Barca de la Florida, en Jerez, este joven artesano comenzó con tan solo 19 años a aprender los secretos de un mundo exquisito envuelto en piel, una pasión que diez años después irrumpe en el mercado tras el nacimiento de su propia firma homónima, Abraham Zambrana. Un oficio que bebe de la talabartería pero que se aleja del clasicismo ecuestre para reivindicar una profesión en vías de extinción, la de zapatero.

“Desde pequeño siempre me atrajo todo lo relacionado con el arte del cuero, por lo que ya de adolescente comencé a hacer pulseras y a aprender por mi cuenta a trabajar con este material. Gracias a un vecino conocí a un guarnicionero militar, con quien empecé a trabajar por las tardes, tras salir de clase, ampliando así mis conocimientos. Más tarde me enteré de que daban unos cursos especializados en la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre, por lo que me preparé a conciencia para los exámenes de acceso y, finalmente, me admitieron. Tras tres años formándome en el oficio, tuve la oportunidad de continuar mi formación en Francia, concretamente, en el Liceo Agrícola de Mirandes, por lo que invertí los pocos ahorros que tenía y me fui a este país a cumplir mi sueño”, explica el artesano.

El guarnicionero Abraham Zambrana.

El guarnicionero Abraham Zambrana.

El artesano jerezano vive desde hace casi un año en Tenerife, lugar donde ha nacido su firma de calzado

Sin dominar el idioma y sin casi dinero para comer, Abraham Zambrana inició una nueva vida a miles de kilómetros de su hogar, pero mientras ampliaba sus técnicas artesanas entre clase y clase, la suerte le esperaba en una pequeña calle muy cerca de donde vivía. “Un día iba caminando y me encontré con una pequeña zapatería frente a mi. Al entrar y ver cómo trabajaba el cuero aquel hombre supe, realmente, que éso era a lo que me quería dedicar. Le pedí que me enseñara a cambio de un plato de comida y de ayudarle gratis en su taller. Para mi sorpresa, aceptó. Y así fue como por las tardes me dediqué a arreglar los zapatos y él, a cambio, me enseñó a patronar, cortar y hormar el calzado, aprendiendo todo lo que hoy sé”, relata.

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Suelas y fornituras que se reparaban manualmente, entre clavos y pegamentos especiales, a la par que Abraham daba sus primeros pasos en el mundo del diseño especializado en calzado. Unos prototipos experimentales que, en principio eran para uso personal y que nunca se llegaron a vender, hasta que ya completada su formación decidió regresar a su tierra. “Cuando volví a Jerez monté un pequeño taller de guarnicionería en casa, donde seguí creando calzado masculino que, poco a poco, comenzó a tener demanda por parte de amigos, familiares y otros clientes. Mientras, cada vez que podía, viajaba a ciudades como Londres o Ámsterdam para conocer de primera mano nuevas técnicas o tendencias que aplicar a mis diseños Así, hasta que hace menos de un año encontré una oferta de trabajo por Internet en la cual una empresa de Tenerife buscaba un guarnicionero. Me presenté y desde entonces resido en esta Isla, en la que hace unos meses opté por crear mi marca, a la que ahora dedico todo mi tiempo”, subraya el creador.

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Zapatos clásicos, atemporales, pero que hacen un guiño al diseño contemporáneo a través de unas manos artesanas que comienzan a vestir los pies del hombre más exigente. Calzado con esencia y alma en base a unos modelos únicos y originales en los que priman solapas con botonaduras, lazadas de raso, grandes hebillas o punteras de charol. Aires retro que en tonalidades blancas, marrones, lilas, negras o rojas buscan construir pisadas de glamour a precios que oscilan entre los 180 y 250 euros el par.

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El experto en guarnicionería prepara su primera gran colección de calzado para el hombre

“Me gusta hacer zapatos masculinos porque, aunque he trabajado para mujer, creo que en este campo puedo aportar algo nuevo y diferente, aparte de que hay menos competencia. No descarto hacer diseños femeninos en un futuro, pues hay muchas personas que ya me lo han pedido. Pero, ahora quiero centrarme en esta línea especializada en el hombre. Sin perder la esencia artesana me inspiro en el calzado antiguo pero con mi particular toque de colores y pieles, dando forma a un complemento que, aunque no se tenga muy en cuenta, en realidad define a quien lo porta. Por ello, mis creaciones van dirigidas a un cliente medio alto, a partir de los 25 años de edad, que quiera dar un aire exclusivo a su estilismo. Aparte, aunque ya he sacado una colección cápsula y estoy preparando la de otoño-invierno 2015/2016, también acepto encargos personalizados, pero a un precio más elevado”, matiza.

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Sus diseños se inspiran en modelos clásicos pero con toques modernos como hebillas, botones o lazadas

Zambrana comercializa actualmente sus diseños en la tienda de la firma Lucas Balboa en la capital tinerfeña, un creador que además contó con sus zapatos para complementar el desfile de presentación de su reciente colección invernal. No obstante, el artesano también prevé abrir una tienda online a través de su web para dar respuesta a clientes de otros rincones que ya empiezan a reclamar sus originales modelos. “En un futuro me encantaría contar con un espacio propio en el que mostrar mi producto, ofertando una carta de colores y pieles para que el hombre elija sus zapatos. No obstante, por el momento tengo que centrarme en dar a conocer mi marca, poder vivir de ella y, sobre todo, que logre hacerse un hueco en el mercado”, subraya.

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Asimismo, entre los proyectos más inmediatos de este artista se encuentra ultimar su primera gran colección de calzado para el hombre, la cual verá la luz el próximo septiembre. Una producción para la que colaborará con artesanos de Huelva, que serán los encargados de reproducir sus modelos en serie. “Con los medios y herramientas que tengo en mi pequeño taller no puedo abarcar una fabricación a mayor escala, por lo que he de recurrir a esta ayuda”, añade. Una nueva propuesta en la que predominarán los modelos Richelieu, Derby, Oxford o de corte inglés que se adornarán de detalles únicos en pieles como el ante, la ternera, el box-calf, potro, avestruz, serpiente o charol para impregnarlos de ese toque tan peculiar de fantasía.

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“Habrá mucho color en esta propuesta, a través de diseños especiales de botonaduras de cuero para los cuales me he inspirado en las chaquetas antiguas que llevaban cuatro botones en los puños. Aparte habrán zapatos bicolores, en los que combinaré marrones y blancos, también botas y alguna que otra sorpresa. Cada diseño nace siempre pensando en mi, es decir, en el tipo de calzado que yo me podría. a partir de esta base el resto va tomando forma solo desde mi cabeza hasta el cartón en el que dibujo y corto el patronaje.

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Un futuro repleto de ilusiones y de agradecimientos a quienes han confiado en su buen hacer y nuevos retos a los que hacer frente, entre los que destaca uno muy cercano, ya que el próximo mes de julio Abraham Zambrana volverá a desfilar junto a Lucas Balboa aunque a nivel nacional. El artesano complementará con su calzado la próxima colección primavera-verano 2016 que el diseñador tinerfeño subirá a la pasarela Madrid Fashion Show Men, una noticia que el zapatero saborea entre nervios y mucha emoción.

Abraham Zambrana pisa con fuerza. Un nuevo Gucci con acento andaluz, corazón tinerfeño y piel de artista.

Texto: Mónica Ledesma.
Fotos: Airam Abella.
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